Testimonios
Jóvenes que cuentan historias para inspirar cambios da cuenta de dos experiencias innovadoras en las cuales educar y comunicar se constituyen en ejes fundamentales para la construcción de ciudadanía.
Ana estaba asustada.
Pasaron varios días, incluso semanas y el periodo no llegaba. Ella, de 21 años, tenía un novio serio con quien tenía relaciones sexuales frecuentemente. El paso del tiempo se volvió insoportable y decidió comprar una prueba de embarazo. El resultado: dos líneas.
Positivo.
“Con ganas de que no fuera verdad, fui a Profamilia a hacerme la prueba de sangre. Me entregaron un sobre. Mi novio y yo lo abrimos, decía que efectivamente estaba embarazada”.
Ana habla sobre este episodio sin hacer alusión a “llamados maternales” o cosas por el estilo. “Yo lo único que pensé fue: tengo un problema, necesito resolverlo porque no quiero ser mamá”.
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